¡Cuántas sensaciones!... Tiene tantas Tomás García Hamilton, que casi no sabe por dónde comenzar. Fue el hombre top en la Clase 3, por otra fecha del Rally Nacional; una más que especial porque era de los hombres de la casa, y porque necesitaba ganar.
El piloto de Yerba Buena domó sus tierras, sacó ventajas de antemano y jamás perdió la pelea. Hasta lo más alto del podio no paró. "Esto se disfruta siempre, pero mucho más acá, por ver tanta gente en los caminos. Hubo mucho público y muchos conocidos: eso fue algo sensacional" dice "Tomy", que dejó las pocas palabras en la ruta y agradeció a todos. "A toda la gente que en el camino me motiva a seguir poniéndole ganas a esto"...
Ser local en el Argentino no es cosa de todos los días, y devolver gentileza a los "fierreros" locales es la mejor alegría. "Cumplir con la gente era la idea. La carrera es para regalárselas a todos ellos, así como años atrás nos las regalaban Roberto y Víctor Sánchez, Roberto Castro o José Marzoratti y varios pilotos más que ya no corren", recuerda el piloto. Pero no se compara, no quiere hacerlo. "Hay que andar muchísimo para llegar a ser lo que ellos fueron".
Su posición en el certamen es excelente, pues amplió ventajas para lo que viene. "Con una carrera ganada ya estamos bastante cómodos. Ahora hay que tener confianza porque aún vamos por la mitad del campeonato" reconoce "Tomy". Pero aunque se ilusiona, no vuela ni se deja llevar a pesar de tanta alegría. Quiere ir paso a paso. "Falta mucho, hay que seguir y trabajar para lograr cosas más importantes", dice. La copa de ayer sólo fue un grandísimo incentivo.
Lo del piloto y su navegante, Ezequiel Queralt, fue un premio doble. Por el lugar, y por el esfuerzo. Cuando las papas quemaron supieron cómo dar batalla y nada de eso se notó en la ruta que transitaron acertadamente. "Tranquilos por la ventaja que sacamos el sábado, terminamos regulando todo y eso nos vino bien porque estábamos con pocos frenos y la suspensión muy cansada", cuenta "Tomy" el detrás de escena. Esas partes fueron las que se rompieron el viernes y hubo que reemplazarlas. "Entonces, obvio que las cosas de repuesto no funcionaron igual que las originales", dijo.
"Y así son las carreras". "Tomy" habla con conocimiento de causa, tampoco sufrió nada extraño. "Es difícil terminar una carrera bien redondita". Aunque, por el marco y la coronación, puede decir que cerró perfecto.
El primer esfuerzo fue la clave
"El sábado hicimos una gran carrera. Yo sabía que ese era el día". Las primeras palabras de domingo rememoraron su primera etapa agitada, la que marcó la diferencia y apuntaló a Tomás García Hamilton hasta el primer puesto del podio final en la C-3. "Sabíamos que sacando ventaja el sábado iba a ser difícil remontar. Por eso corrimos riesgos ahí y al final estuvimos más tranquilos, sabiendo que con un minuto y medio de diferencia no había forma de que nos descuenten", entendió "Tomy". Finalmente, le sacó 52"5/10 a su escolta, Omar Kovacevich.
El piloto ganó la carrera de principio a fin, pero con su Subaru Impreza llegando justo. "Sabía que el auto no se iba a parar, ¡pero no frenaba!", dijo de las consecuencias de un freno delantero ausente y la rotura de una mordaza, que ocurrieron el sábado pero terminaron pasando factura ayer. "Exigimos todo. Las pastillas casi se prenden fuego. El domingo se cristalizaron y tuvimos que estar atentos, frenando desde muy lejos". Con el podio del final quedó clarísimo que todo obstáculo pudo ser superado.